El Petróleo III
Miérsoles 8 de Marzo de 2006
Es cierto que todos los países centroamericanos incluyendo Costa Rica, usan el WTI (West Texas Intermediate), como crudo de referencia y además los precios de venta de los combustibles son similares en toda Centroamérica. Y eso que significa mal de muchos, consuelo de tontos. El precio de referencia debe estar basado en el precio del petróleo comprado. Si se compra a Venezuela, México y Ecuador, sus precios sustancialmente más bajos, deben utilizarse como crudos de referencia. Igual que con los derivados.
Además, deben considerarse los impuestos elevados que cobran otros países, siendo los impuestos de El Salvador sumamente bajos.
De acuerdo con los precios al 27 Ag.2005 autorizados por ARESEP, (Autoridad reguladora de los Servicios Públicos) en Costa Rica, comprar y traer gasolina Super a Puertos costarricenses y financiar las inversiones y los costos operativos de Recope, representa apenas la mitad (51.5%) del precio total que el público paga.
El impuesto único a los combustibles aumenta su precio y representa un poco menos de la tercera parte del precio total.
El transporte desde los planteles hasta la estación de gasolina y el margen de las gasolineras agrega un 5.33 al precio. El resto es ganancia de Recope y representa la diferencia entre el crudo de referencia y el valor real del producto.
Los impuestos en nuestro País son sumamente bajos. Liberando la importación de petróleo y derivados en el Gobierno del Lic. Cristiani, se perdió la oportunidad de un “señoriaje” por la importación centralizada. La liberación de los combustibles, sacrificó ingresos al Estado que podrían servir para abaratar los precios, o para realizar obras sociales.
Fuera de ello, al declarar pérdidas las compañías, el Impuesto de Renta es cero e incluso el Ministerio de Hacienda tiene que estar devolviendo todo el pago a cuentas recibido. O sea, que el ingreso tributario para el Ministerio de Hacienda de renta, de ESSO, SHELL, TEXACO y PUMA es negativo. Hay que devolverles todo el impuesto retenido y no recibir nada nuevo.
Existe otro impuesto que son los Derechos Aduanales de Importación (DAI) que equivalen al 1% del valor de costo del petróleo crudo o reconstruido o todos sus derivados; esto representa menos de un centavo y medio de $ por galón.
Y un impuesto adicional, que es más ridículo todavía, que corresponde a la Alcaldía de Acajutla, que equivalen a ¢0.01 por galón por la importación y un décimo de centavo de colon por cada galón de producción. Por eso la Alcaldía de Acajutla no está solicitada electoralmente.
Existe otro impuesto, que constituye el Fondo de Estabilización y Fomento Económico (FEFE) y que se conoce como “Impuesto de Guerra” y que se aplica a las gasolinas únicamente. Un poco menos de $0.16 galón y que sirve para subsidiar el gas licuado de petróleo, conocido como Gas propano.
En cuanto al IVA (13%) y el FOVIAL ($0.20) son impuestos adicionales donde los expendedores minoristas actúan como agentes de retención.
El FOVIAL se cobra a gasolinas y diesel, incluyendo gasolina para lancheros artesanales pero exonerando a la gasolina de aviación.
No hay duda de que el Gobierno salvadoreño. Aun de acuerdo a una filosofía liberal de la Economía; no puede fomentar o permitir una total libertad de precios, cuando la Ley de la libre competencia no está actuando en su justa dimensión y la Ley de la oferta y la demanda se ve en alguna forma menoscabada por un claro Oligopolio.
Debe abrir el mercado, fomentar la competencia real y negociar con las transnacionales existentes.
Debe tratar de que el precio baje para provecho del consumido y de recibir impuestos sobre renta positivos, así no tendría necesidad de acosar a los micro y pequeños y medianos empresarios, para compensar su déficit.
Fuera de ello es necesario en nuestro País una completa refinación de petróleo. Se dispone de una refinería que produce con una calidad excelente pero reducida únicamente a una política consumista de quemar combustibles (gasolinas, kerosene, diesel, fuel-oil, gas licuado aceites lubricantes y últimamente asfalto). El Salvador, necesita entrar en la Petroquímica y ampliando la infraestructura existente, instalando unidades de estabilización del crudo y reformado de la Nafta, para producir más gas, se podría producir toda una seria de derivados petroquímicos, en una política definida y planificada de prioridades y secuencias.
El primer paso seria la producción de abonos nitrogenados. Debido a su alto consumo y enorme carga financiera nacional, la fabricación de abonos nitrogenados en nuestro País es indispensable.
La fabrica salvadoreña FERTICA esta eficientemente trabajando produciendo abonos fosfatados y acido sulfúrico y compitiendo ferozmente con los importadores, que esperamos no sean favorecidos aún más, con el TLC con los EU. Con un apoyo estatal y con platicas con la refinería que suministre el Gas (CO2+H2) + el aire (nitrógeno) obtendríamos el Amoniaco, el Hidróxido de Amonio, la Urea, el Acido Níitrico y el Nitrato de Amonio y con el H2SO4 que FERTICA ya produce el Sulfato de Amonio. Toda la cadena de abonos nitrogenados.
Luego podríamos continuar con un desarrollo petroquímico adicional: Polietileno, Acetileno, Cloruro de Vinilo, Acetaldehido, Alcohol Isopropílico, Glicerina, Butadieno (indispensable para la fabricación de caucho sintético), Benceno, Nylon, Poliéster, Acrílicos, Resinas, Parafinas, Antihídrido Maleíco, Ceras, Vaselinas, Compuestos químicos, entre ellos detergentes, etc.
Si la refinería actual no acepta este cambio, porque debe tener la primera opción; allí está México; pero debe negociarse con Petróleo ISTMO no con MAYA (si es con MAYA que se lo lleven a refinar a otro País, lo mas alejado posible del nuestro.
También Venezuela… ¿Por qué no? Gasolina y Diesel en un principio y una refinería de petróleo después.
En 4º lugar, el mundo Árabe, países moderados como Emiratos Árabes, Qatar o Kuwait, con capital salvadoreño complementario, de cualquier origen.
Tenemos que pensar en función País. Y el petróleo, en lugar de ser una carga podría coadyuvar al desarrollo estratégico de nuestro país.
Es cierto que todos los países centroamericanos incluyendo Costa Rica, usan el WTI (West Texas Intermediate), como crudo de referencia y además los precios de venta de los combustibles son similares en toda Centroamérica. Y eso que significa mal de muchos, consuelo de tontos. El precio de referencia debe estar basado en el precio del petróleo comprado. Si se compra a Venezuela, México y Ecuador, sus precios sustancialmente más bajos, deben utilizarse como crudos de referencia. Igual que con los derivados.
Además, deben considerarse los impuestos elevados que cobran otros países, siendo los impuestos de El Salvador sumamente bajos.
De acuerdo con los precios al 27 Ag.2005 autorizados por ARESEP, (Autoridad reguladora de los Servicios Públicos) en Costa Rica, comprar y traer gasolina Super a Puertos costarricenses y financiar las inversiones y los costos operativos de Recope, representa apenas la mitad (51.5%) del precio total que el público paga.
El impuesto único a los combustibles aumenta su precio y representa un poco menos de la tercera parte del precio total.
El transporte desde los planteles hasta la estación de gasolina y el margen de las gasolineras agrega un 5.33 al precio. El resto es ganancia de Recope y representa la diferencia entre el crudo de referencia y el valor real del producto.
Los impuestos en nuestro País son sumamente bajos. Liberando la importación de petróleo y derivados en el Gobierno del Lic. Cristiani, se perdió la oportunidad de un “señoriaje” por la importación centralizada. La liberación de los combustibles, sacrificó ingresos al Estado que podrían servir para abaratar los precios, o para realizar obras sociales.
Fuera de ello, al declarar pérdidas las compañías, el Impuesto de Renta es cero e incluso el Ministerio de Hacienda tiene que estar devolviendo todo el pago a cuentas recibido. O sea, que el ingreso tributario para el Ministerio de Hacienda de renta, de ESSO, SHELL, TEXACO y PUMA es negativo. Hay que devolverles todo el impuesto retenido y no recibir nada nuevo.
Existe otro impuesto que son los Derechos Aduanales de Importación (DAI) que equivalen al 1% del valor de costo del petróleo crudo o reconstruido o todos sus derivados; esto representa menos de un centavo y medio de $ por galón.
Y un impuesto adicional, que es más ridículo todavía, que corresponde a la Alcaldía de Acajutla, que equivalen a ¢0.01 por galón por la importación y un décimo de centavo de colon por cada galón de producción. Por eso la Alcaldía de Acajutla no está solicitada electoralmente.
Existe otro impuesto, que constituye el Fondo de Estabilización y Fomento Económico (FEFE) y que se conoce como “Impuesto de Guerra” y que se aplica a las gasolinas únicamente. Un poco menos de $0.16 galón y que sirve para subsidiar el gas licuado de petróleo, conocido como Gas propano.
En cuanto al IVA (13%) y el FOVIAL ($0.20) son impuestos adicionales donde los expendedores minoristas actúan como agentes de retención.
El FOVIAL se cobra a gasolinas y diesel, incluyendo gasolina para lancheros artesanales pero exonerando a la gasolina de aviación.
No hay duda de que el Gobierno salvadoreño. Aun de acuerdo a una filosofía liberal de la Economía; no puede fomentar o permitir una total libertad de precios, cuando la Ley de la libre competencia no está actuando en su justa dimensión y la Ley de la oferta y la demanda se ve en alguna forma menoscabada por un claro Oligopolio.
Debe abrir el mercado, fomentar la competencia real y negociar con las transnacionales existentes.
Debe tratar de que el precio baje para provecho del consumido y de recibir impuestos sobre renta positivos, así no tendría necesidad de acosar a los micro y pequeños y medianos empresarios, para compensar su déficit.
Fuera de ello es necesario en nuestro País una completa refinación de petróleo. Se dispone de una refinería que produce con una calidad excelente pero reducida únicamente a una política consumista de quemar combustibles (gasolinas, kerosene, diesel, fuel-oil, gas licuado aceites lubricantes y últimamente asfalto). El Salvador, necesita entrar en la Petroquímica y ampliando la infraestructura existente, instalando unidades de estabilización del crudo y reformado de la Nafta, para producir más gas, se podría producir toda una seria de derivados petroquímicos, en una política definida y planificada de prioridades y secuencias.
El primer paso seria la producción de abonos nitrogenados. Debido a su alto consumo y enorme carga financiera nacional, la fabricación de abonos nitrogenados en nuestro País es indispensable.
La fabrica salvadoreña FERTICA esta eficientemente trabajando produciendo abonos fosfatados y acido sulfúrico y compitiendo ferozmente con los importadores, que esperamos no sean favorecidos aún más, con el TLC con los EU. Con un apoyo estatal y con platicas con la refinería que suministre el Gas (CO2+H2) + el aire (nitrógeno) obtendríamos el Amoniaco, el Hidróxido de Amonio, la Urea, el Acido Níitrico y el Nitrato de Amonio y con el H2SO4 que FERTICA ya produce el Sulfato de Amonio. Toda la cadena de abonos nitrogenados.
Luego podríamos continuar con un desarrollo petroquímico adicional: Polietileno, Acetileno, Cloruro de Vinilo, Acetaldehido, Alcohol Isopropílico, Glicerina, Butadieno (indispensable para la fabricación de caucho sintético), Benceno, Nylon, Poliéster, Acrílicos, Resinas, Parafinas, Antihídrido Maleíco, Ceras, Vaselinas, Compuestos químicos, entre ellos detergentes, etc.
Si la refinería actual no acepta este cambio, porque debe tener la primera opción; allí está México; pero debe negociarse con Petróleo ISTMO no con MAYA (si es con MAYA que se lo lleven a refinar a otro País, lo mas alejado posible del nuestro.
También Venezuela… ¿Por qué no? Gasolina y Diesel en un principio y una refinería de petróleo después.
En 4º lugar, el mundo Árabe, países moderados como Emiratos Árabes, Qatar o Kuwait, con capital salvadoreño complementario, de cualquier origen.
Tenemos que pensar en función País. Y el petróleo, en lugar de ser una carga podría coadyuvar al desarrollo estratégico de nuestro país.
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